6.6.11

ACLARANDO CONCEPTOS: VIOLENCIA DE GENERO, VIOLENCIA SIMBOLICA, DIMENSION SIMBOLICA DE LA VIOLENCIA DE GENERO. PATRIARCADO.

Violencia de Género.

Es un tipo específico de violencia que se ejerce en contra de las personas (sean adultas o infantes), por el simple hecho de ser mujer u hombre.
Es la forma de violencia que se fundamenta en relaciones de dominación y discriminación por razón de género y en definiciones culturales donde lo femenino y lo masculino se entienden de manera desigual y jerárquica. “Incluye maltrato físico, amenazas, coerción o privación de la libertad, de ser y de actuar. Tiene como consecuencia un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer o el hombre, por el sólo hecho de serlo” (INMUJERES-PNUD, 2006, 98).

Violencia Simbólica.

Violencia simbólica es un concepto creado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los 70, que en ciencias sociales se utiliza para describir las formas de violencia no ejercidas directamente mediante la fuerza física, sino a través de la imposición por parte de los sujetos dominantes a los sujetos dominados de una visión del mundo, de los roles sociales, de las categorías cognitivas y de las estructuras mentales.
Constituye por tanto una violencia dulce, invisible, que viene ejercida con el consenso y el desconocimiento de quien la padece, y que esconde las relaciones de fuerza que están debajo de la relación en la que se configura. (Wikipedia)

Este concepto de "violencia simbólica" nos permite acercarnos con mayor profundidad al fenómeno de la "violencia de género" en toda su complejidad y amplitud, porque nos sitúa en el problema de la producción de la subjetividad. Los mecanismos del poder no sólo intervienen de forma represiva o coercitiva desde el exterior, sino que intervienen también - y fundamentalmente- desde el propio interior de los sujetos, para darle forma, para fabricar su identidad.

Dimensión simbólica de la Violencia de Género.

La dimensión simbólica de la violencia de género hace referencia a pautas culturales, prácticas y representaciones que construyen los cuerpos de una manera muy definida, inscribiendo en ellos unas determinadas significaciones culturales y sociales, es decir, en la construcción del "cuerpo como realidad sexuada y como depositario de principios de visión y división sexuantes" (Bourdieu, 1998:22).

La legitimación de la cultura dominante en la mente de las mujeres se logra cuando éstas, como subordinadas, interiorizan a la cultura patriarcal y sus pautas como  propias, o al menos, como las deseables. De esta manera, el patriarcado sitúa su control social en las mentes de las mujeres con naturalidad; construye la subjetividad, de manera tal, que las mujeres la  vivencian como una auténtica identidad personal.

Este proceso, conforma una violencia simbólica que transforma unas relaciones arbitrarias, impuestas, en relaciones legítimas y oficialmente reconocidas. La legitimación es necesaria al patriarcado para garantizar que las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, que ha impuesto, le permitan perpetuarse como poder y única forma de relacionarse hombres y mujeres.
La violencia simbólica hace que el dominado (en estos términos, la mujer del patriarcado) no disponga, para pensarse a sí mismo o para pensar sus relaciones con el dominador, de otras categorías que aquellas construidas desde el punto de vista de los dominadores y que por efecto de la imposición cultural se presentan como naturales y evidentes. Es decir, arranca sumisiones que ni siquiera se perciben, apoyándose en creencias socialmente inculcadas, transformando las relaciones de sumisión y dominación en relaciones afectivas, deseables, naturales.

La dimensón simbólica de la violencia de género, da cuenta de una forma de violencia invisible, que no se nota porque no deja moretones ni heridas físicas, pero es la que debemos considerar primordial, dado que justifica y legitima la violencia directa y la estructural. Este tipo de violencia es la que asegura y perpetúa las relaciones de dominación.
La violencia simbólica, no obstante, se deja advertir por sus consecuencias emocionales, en las dificultades para aprender, en los obstáculos para emprender y construir proyectos de vida positivos, en la afectación de la autoestima de quienes la padecen y, con toda probabilidad, en la reproducción de relaciones humanas violentas. El problema de esta violencia es que resulta ampliamente aceptada, tolerada y muchas veces (sobre todo en el caso de las narrativas mediático-publicitarias) se exalta y muestra como deseable.

Patriarcado.

La invisibilidad y opacidad de la dimensión simbólica de la violencia de género se da en mayor medida en sociedades sustentadas en el patriarcado.

Patriarcado es un término utilizado para referirse al predominio en posiciones de poder de los miembros masculinos de una sociedad.

En este sistema de relaciones sociales, la subordinación de la mujer se lleva a cabo ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de diferentes tipos de violencia: violencia física, violencia económica, violencia sexual, violencia patrimonial, violencia psicológica, etc.



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