6.6.11

ACLARANDO CONCEPTOS: GENERO, SEXO Y SEXUALIDAD.

Abordar el análisis crítico de la publicidad desde una perspectiva de género significa tener en cuenta el lugar, el rol y el significado socio-histórico que las narrativas mediático-publicitarias dan al varón y a la mujer en su carácter de seres masculinos o femeninos. Implica elucidar críticamente cómo se construye y representa en estos relatos la diferencia entre los sexos.

A estos fines, es necesario distinguir entre algunos conceptos que, si bien están conectados significativamente, no son sinónimos aunque se los use muchas veces como tales: sexualidad, sexo y género. Así, podemos definir sucintamente a los mismos:

El sexo.

Se refiere a las diferencias de carácter biológicas, fisiológicas y anatómicas entre varón y mujer. Esto incluye la diversidad evidente de sus órganos genitales externos e internos, las particularidades endocrinas que las sustentan, y las diferencias relativas a la función de la procreación.


El género.

Al decir género, nos estamos refiriendo a la fabricación cultural e hisrórica de lo que entendemos por femenino y masculino. La primera consecuencia de esta definición es que si lo femenino y lo masculino como atributos y cualidades son una fabricación a lo largo de diferentes épocas y sociedades, entonces estos atributos no son naturales, es decir no vienen inscritos de antemano en los cuerpos sexuados.

El género es un sistema de creencias, actitudes, valores, formas de comportamiento y maneras de ver el mundo que definen qué es ser un hombre o una mujer, que se aprenden desde el nacimiento, a través de la familia, la escolaridad, la relaciones sociales y los medios de comunicación. Así se determinan los “roles de género”, es decir, los comportamientos esperados para hombres y mujeres y los tipos y formas de relación entre personas de distinto sexo.


Nuestra sociedad otorga diferente valoración a los hombres y las mujeres, desigualando la diferencia entre ambos sexos, y relegando a las mujeres a un papel de subordinación. Esto hace que las relaciones entre los hombres y las mujeres no sean equitativas, que se vean atravesadas por un componente político de poder y se expresen en múltiples desigualdades en todos los ámbitos de la vida.

La sexualidad.

Se refiere a cómo se viven y cuáles son las conductas y las maneras en que se realizan las prácticas sexuales, la seducción, los deseos y placeres eróticos, siempre influidos por las pautas y reglas sociales que impone cada cultura.



 
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