LOS MEDIOS, LA PUBLICIDAD Y LA CONSTRUCCIÓN DE LAS IDENTIDADES DE GENERO.
Los medios masivos y la publicidad ejercen una influencia mayor sobre las audiencias, y particularmente sobre los más pequeños. Hoy en día no es posible hablar de los niños, las niñas, las y los adolescentes sin considerar el impacto de las tecnologías y los medios de comunicación masivos, tanto en la construcción de sus subjetividades como en sus modos de relacionarse.
Estos mensajes de los medios y la publicidad ejercen una profunda influencia en niños, niñas y adolescentes, promoviendo representaciones estereotipadas de lo femenino y lo masculino, que son presentadas como únicas, naturales o esenciales, y que contribuyen a crear las condiciones psicológicas de base para que la diferencia entre hombres y mujeres se perpetúe bajo el signo de la discriminación y la desigualdad.
Los medios masivos y la publicidad ejercen una influencia mayor sobre las audiencias, y particularmente sobre los más pequeños. Hoy en día no es posible hablar de los niños, las niñas, las y los adolescentes sin considerar el impacto de las tecnologías y los medios de comunicación masivos, tanto en la construcción de sus subjetividades como en sus modos de relacionarse.
Estos mensajes de los medios y la publicidad ejercen una profunda influencia en niños, niñas y adolescentes, promoviendo representaciones estereotipadas de lo femenino y lo masculino, que son presentadas como únicas, naturales o esenciales, y que contribuyen a crear las condiciones psicológicas de base para que la diferencia entre hombres y mujeres se perpetúe bajo el signo de la discriminación y la desigualdad.
"Los clichés de género atrapan a mujeres, hombres y jóvenes en una camisa de fuerza, limitan a los individuos a desempeñar roles de género artificiales, que a menudo son degradantes, vergonzosos y humillantes para ambos sexos." (Spiegel, Diputada europea del partido sueco de la izquierda unida)
Aunque a veces se introduzcan actualizaciones aparentes, las narrativas mediático-publicitarias del mercado siguen insistiendo en difundir conductas arquetípicas: expansivas, dominantes, desafiantes y autónomas para los chicos; pasivas, dominadas, inseguras y dependientes para las chicas. Estas narrativas mediático-publicitarias estereotipantes y discriminatorias se enmarcan dentro de un conjunto de prácticas culturales de estigmatización y represión en función de las cuales se vulnera la libertad, la igualdad de oportunidades, de trato y los resultados sociales que obtienen tanto mujeres como hombres, en función de la desigualdad y las diferencias que se atribuyen a cada uno de ellos.
La consolidación de estos estereotipos que circulan en las narrativas mediático-publicitarias van delineando los límites invisibles de un paradigma dentro del cual las niñas y los niños piensan su realidad, los límites dentro de los cuales piensan qué es ser mujer o qué es ser varón, quedando relegados, tanto hombres como mujeres, a un espectro restringido de actuaciones, de acciones o profesiones que luego se naturalizan como lo propio de lo femenino o lo masculino.
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La consolidación de estos estereotipos que circulan en las narrativas mediático-publicitarias van delineando los límites invisibles de un paradigma dentro del cual las niñas y los niños piensan su realidad, los límites dentro de los cuales piensan qué es ser mujer o qué es ser varón, quedando relegados, tanto hombres como mujeres, a un espectro restringido de actuaciones, de acciones o profesiones que luego se naturalizan como lo propio de lo femenino o lo masculino.
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